13 junio 2013

Ser corresponsal de guerra en tiempo de paz...

Ser corresponsal de guerra en tiempo de paz.

Antes que nada una disculpa para aquellos cuyas expectativas suponían que hablaría del día a día de un corresponsal de guerra como tal durante el tiempo en que no se encontrase en algún conflicto...

El título de este artículo obedece a una triste realidad del periodismo en latinoamérica, y en lo particular en México donde se considera el ejercicio del periodismo como una profesión de muy alto riesgo, equiparable con el que corren las fuerzas de seguridad en una nacion que se encuentra en guerra en tiempo de paz como actualmente sucede en México, cuyo tema viene al caso trás haberse realizado el 7 de este mes la celebración del "Día de la libertad  de expresión"

Para ejemplificar lo anterior, me permito citar a la periodista Patricia Carrasco:

Ejercer el periodismo en el México, es altamente peligroso

Foto: Archivo/OEM

Organización Editorial Mexicana
7 de junio de 2013


Patricia Carrasco / La Prensa

Ciudad de México.- En el Día de la Libertad de Expresión se volvió a remarcar que ejercer el periodismo en el México, es altamente peligroso y ello lo revelan las cifras, ya que en los últimos 3 años, se han documentado 571 agresiones contras periodistas que se enumeran de la siguiente manera: 30 asesinatos, 264 han sido agresiones físicas o materiales; 12 por privación ilegal de la libertad; 102 amenazas; 85 intimidaciones; 17 desplazamientos forzosos, 38 detenciones ilegales.

Se informó que el Estado continúa como el principal agresor a periodistas al ser responsable de al menos 43 por ciento de los ataques a comunicadores; la delincuencia organizada tiene el 14 por ciento y un porcentajes igual los particulares, según un estudio de la organización internacional Artículo 19.

Con la exposición "¡No nos callarán¡. Las batallas por la libertad de expresión", realizada conjuntamente con Articulo 19 y Propuesta Cívica, con la colaboración de varios medios y organizaciones vinculadas con la profesión periodística y libertad de expresión, se expuso los peligros que enfrentan los comunicadores todos los días para ejercer su profesión...

A su llegada a la exposición instalada en la Museo Memoria y Tolerancia, los visitantes recibieron un trozo de tela blanca, para cubrir la boca con esa mordaza temporal que los acercó a la realidad que del periodismo en nuestro país, en una tarea en donde la protección y defensa del Estado ha brillado por su ineficiencia...México es uno de los países más peligrosos del mundo para quienes ejercen este oficio, pues en los últimos años se han sido asesinados 70 de ellos...Muchos dejan de informar en sus localidades por miedo a ser asesinados, ello va configurando un mapa de silencio que se extiende cada día.

Darío Ramírez, de Artículo 19 manifestó que si bien la prensa mexicana es valiente, "estamos frente a una batalla que la estamos perdiendo ", es una batalla en donde regiones del país el silencio y el miedo están demasiado asentados en las salas de redacción..."


Resulta notable que año tras año, los periodistas de diferentes partes del país se reúnan para la celebración del "Día de la libertad de expresión" y donde en vez de ser exclusivamente motivo de celebración, se haya convertido en un evento donde se ve reflejada la situación actual en materia de periodismo y donde las cifras de los compañeros asesinados, torturado o desaparecidos sigue en aumento y en la total impunidad; 

Empero el problema lo sufre el Periodismo, con mayúscula, el periodismo verdadero, el que saca a la luz la verdad en voz misma de las victimas o protagonistas, no de la verdad sesgada de los "maiceados" pseudolíderes de opinión de la oligarquía mediática nacional donde como todos sabemos, solo se dice aquello que es políticamente conveniente aunque en ocasiones no sea políticamente correcto. Me refiero a aquel que vive y se apasiona por el periodismo como una forma de dar a conocer una realidad en la vida de alguien que de otra manera seguiría en las sombras; del periodismo que invita a levantarse de madrugada y acostarse a altas horas de la noche; del periodismo que impele a seguir e investigar una nota porque algo dentro de nosotros no grita que en la versión oficial de un hecho "algo anda mal" y nos lleva por caminos sinuosos y llenos de obstaculos hasta "alcanzar la nota o perder la vida".

Es por lo anterior que actualmente, sin las garantías mínimas de seguridad para el ejercicio del periodismo,  hago la analogía en cuanto a esa parte del periodismo que más admiro que son los corresponsales de guerra. con la necesidad de mentalizarnos para que al momento de salir a la selva de asfalto, sepamos que estamos en riesgo de no volver a nuestra redacción y menos a nuestros hogares; que poco falta para salir a trabajar con casco y chaleco antibalas ante el temor de ser alcanzado por los ataques de un gobierno que intentará hacerlo pasar como acción del crimen organizado o de organizaciones criminales que actuaran con la venia del estado.

Ante estos sucesos y con la pesada laja a cuestas de la impunidad y el silencio, nos estamos dirigiendo irremediablemente al precipicio de la autocensura, en donde para sobrevivir más valdrá no informar, no decir, no comentar, no investigar...reduciendo nuestro trabajo a la mera cobertura de las agendas políticas y de dependencias gubernamentales, dejando sin voz a quienes no conviene que se escuchen.

¿Hasta cuando se podrá ejercer sin riesgo? Cuando cese la impunidad de las agresiones contra los periodistas, es decir, dentro de mucho, mucho tiempo.

Lo más dramático de esta situación es que al menos en una guerra convencional, sabes quien es el enemigo y de donde van a llegar los disparos...en México puede ser una bala perdida o fuego amigo el que te haga sentir en Irak, Afganistán, Siria o algún lugar de medio oriente en tu propia ciudad.

¡Hasta la próxima!

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